martes, 4 de enero de 2011

Biutiful

Tendrá razón Bécquer y las cosas hay que escribirlas en frío. Pero no es mi intención escribir algo bello o digno de leerse. Desahogarme. Eso es lo que hago últimamente cuando escribo. Y la verdad es que ahora mismo no sé por dónde empezar para quitarme este ahogo que tengo.
No se trata de una película lacrimógena. Ya pensaréis algunos "¡aquí está la llorona otra vez con sus dramas!". Pues no, no se trata de eso. Si os digo que la vida es una mierda diréis que ya lo sabíais. Si afirmo que el sistema no funciona me tacharéis de sabiondilla. Bueno, cuando vayáis a ver esta historia ya me contaréis si no salís reafirmados en esas ideas.
La sociedad en la que vivimos es un monstruo que hemos construido a base de este supuesto sistema capitalista que rige, no sólo el primer mundo, sino todos los demás que no son más que sus víctimas. Recuerdo cuando veía hace muchos años a los antisistema por la televisión y pensaba que eran cuatro locos con tintes de rebeldía que no creían en nada porque no sabían luchar con los elementos que nos daba la democracia. Ahora me gustaría saber dónde se reúnen para unirme a ellos. Nada funciona como debería y sólo nos queda la revolución... Pero ¿alguien me tomaría en serio si dijese esto en otro contexto más amplio?
No me voy a unir a los que dicen que todos son iguales. Aún pienso que hay gente que merece la pena. Pero están tan escondidos entre las minorías de las minorías y me siento ahora mismo tan cercana a ellos que creo que me voy a esconder en mi mundo, esa burbuja que me he creado, para no volverme loca en esta mierda de sistema que nos engulle y así intentar ser feliz desde dentro, desde mí misma. Fuera queda poco en lo que creer.

No hay comentarios: