miércoles, 30 de julio de 2008

El crimen fue en Granada


Una de las cosas que quería hacer en este blog es compartir mis inquietudes y aficiones. Para quien no me conozca, una de mis pasiones es la literatura, y ella me llevó a licenciarme en Filología Hispánica. Decir que a uno le apasiona la literatura es no concretar nada puesto que es una de las materias más amplias que pueden existir. Hoy voy a dejar una pincelada sobre dos poetas sobre los que no puedo decir nada. Lo que me provocan ambos es tan grande que sólo puedo expresarlo apuntando aquí sus versos.

Antonio Machado escribió este poema sobre el asesinato de Federico García Lorca intentando reflejar el dolor y la rabia que le provocó uno de los grandes dramas que se vivieron aquellos días y que se vivirían durante años. De hecho le marcó tanto que ya no fue el mismo hasta su propia muerte en el incipiente exilio que inició mucho antes de salir de España. Son dos de los más grandes, pero para mí son algo más. Son símbolos.

Por Federico García Lorca siento mucho más que pasión. Es uno de esos mitos, en lo personal y en lo artístico, que ha marcado mi propia personalidad, mi forma de ver la vida y de sentirla. Fue una persona extraordinaria y un escritor sublime. Siempre pienso en lo mucho que nos robaron los fascistas cuando decidieron darle mucho café (otro día os contaré la historia).

Y don Antonio Machado... mejor leer sus versos y me callo.


El crimen fue en Granada

I

EL CRIMEN

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico.
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
...Que fue en Granada el crimen
sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada...

II

EL POETA Y LA MUERTE

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque - yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
"Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!"

III


Se le vio caminar..
Labrad, amigos,
de piedra y sueño, en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!


Antonio Machado


martes, 29 de julio de 2008

Hogar

Ya estoy viviendo en mi nueva casa. Desde el sábado concretamente. Es todo como muy raro, pero me gusta...
Nos hemos pasado estos días limpiando y colocando, y los anteriores a estos limpiando y transportando, como ya os comenté. Aún quedan mil cosas por hacer y algunas esperarán a que acabe el verano (no soporto el calor, en realidad no lo soportamos... ¡preciosa época para mudarse!). Y el viernes vuelta al trabajo después de las vacaciones más extrañas y estresantes de mi vida.
Sé que todo esto no dice nada. Lo que me gustaría realmente es expresar lo que siento. No sé si puedo hacerlo.
Estoy contenta con el cambio, yo diría que muy contenta, y no le pondría peros. Siento que me tengo que acostumbrar a algo que es absolutamente diferente para mí, a un tipo de espacio vital que nunca había tenido, pero me apetece muchísimo hacerlo y supongo que eso es lo realmente importante. De hecho incluso noto que ya lo estoy haciendo y a una velocidad de vértigo. Siento que tengo mil ideas y proyectos en la cabeza para esta nueva casa, cuando todo se estabilice un poco, que hacía años que no tenía en la anterior. Pero sobre todo tengo la sensación de que lo único que quiero es ser feliz. Durante este mes algunos días han sido muy duros, durísimos... He vuelto a ser consciente de mis límites, de mis fracasos y de mis miserias. No me quejo ni me lamento. Sé lo que hay, pero tanto lo bueno como lo malo. Como ya dije hace algunas semanas, éste es mi punto de inflexión, sé que lo va a ser. Empieza una nueva etapa de mi vida y sé lo que quiero que haya en ella.

miércoles, 23 de julio de 2008

Cambios II

Cuánto tiempo! Y cuánto trabajo!!
Todos los que os hayáis cambiado de casa me entenderéis, y sobre todo si era nueva. Son mil cosas que tienes que ir apuntando porque si no lo haces es imposible acordarte de todo... Y mil cosas las que tienes que empaquetar y mover... ¡Cómo se pueden acumular tantas cosas! En nuestro caso lo peor, sin duda, han sido los libros: ¡más de 1000! Es una locura y más hacerlo sólo entre dos personas. Uno se plantea vaciar la casa y dejar sólo los muebles para la mudanza "oficial", incluso alquila una furgoneta pensando que tampoco será para tanto. En realidad sabes que hay muchas cosas pero... ¿tantas? ¿y lo que pesan? ¿realmente uno es consciente de ello cuando decide cambiar de casa?
Sé que en unos días se me habrá olvidado. Así somos los humanos. Pero ahora mismo estamos reventados. Especialmente Víctor, claro, que es el que realmente ha llevado el peso real del asunto. Ya no puedo más de viajes para arriba y para abajo, pero tampoco puedo dejar de pensar que sin él todo esto no hubiese sido posible. De hecho, sin él no habría casa porque me daría igual donde vivir. Él es la razón por la cual construyo mi futuro en todos los aspectos de mi vida, porque sin él la casa, el trabajo, la vida en definitiva, no sería la misma. Diferente sí, pero peor seguro.
Gracias por todo nene. Te quiero.

domingo, 13 de julio de 2008

Autodestrucción

La verdad es que sigo tan trastornada con el tema "casa" como el último día que escribí pero me apetece volver a poner por escrito mis pensamientos. A ver si consigo racionalizar tanta vorágine.
Como puse en mi perfil, soy una neurótica compulsiva. Uno de mis grandes defectos es la preocupación en exceso y, peor aún, sobre cosas que aún no han sucedido. Tengo como un mecanismo de defensa activado que no me permite dejar que las cosas sucedan sin intentar prever todo lo que puede salir mal para, a su vez, pensar en una hipotética solución al desastre. Sé que leído así suena fatal, pero en realidad es bastante común (mi familia es un claro ejemplo de ello). La cuestión es que esto se traduce en un sinvivir con consecuencias psicológicas y físicas terribles.
Cada cierto tiempo intento prometerme a mí misma iniciar un plan de choque para cambiar este comportamiento. El problema es que se trata de lo que los psicólogos llaman "conducta automatizada": se produce de forma inconsciente y autodestructiva hasta que desemboca en esas consecuencias catastróficas de las que os he hablado. Por eso es tan difícil de corregir: la he aprendido tras 32 años de práctica y ya forma parte de lo que yo soy.
Como ya dije en un primer momento, dudé mucho sobre la publicación de este blog. Lo que estoy escribiendo ahora es un ejemplo del porqué. No es ni mucho menos el tipo de cosas sobre las que yo escribo, pero pensé que hasta podría servirme de terapia intentar publicar mis temores y pensamientos más íntimos. En realidad también forma parte de mí la sinceridad hasta el último extremo. Es un acto de autoconfesión compartida que resulta más difícil de lo que pensaba pero que creo que me puede servir. Así que cuando publique cosas como ésta no me hagáis mucho caso.
La cuestión es que hoy, aquí y ahora, domingo 13 de julio en Palma de Mallorca a las 13:03 horas, me vuelvo a prometer a mí misma, como tantas otras veces, intentar dejar de autodestruirme. Y lo dejo aquí para dejar constancia de ello y avergonzarme cada vez que caiga en lo mismo...

jueves, 10 de julio de 2008

Cambios

Había pensado empezar recuperando unos textos que ya he escrito, pero ya habrá tiempo. Ahora mismo lo que me tiene ocupada, preocupada y separada de mi recién recuperada afición por escribir es uno de esos momentos gloriosos en la vida que te quitan el sueño y te absorben hasta que no pasan: el cambio de casa, añadiendo los agravantes (siempre puede ser más sencillo) de una venta, una compra y una casa nueva que necesita de todo.
En realidad este "simple" hecho me ha provocado un sinfín de reflexiones, algunas incluso trascendentales, que no sólo podrían provocar una larga y farragosa entrada en este estrenado blog, sino que además me han ocasionado todo tipo de reacciones tanto destructivas como constructivas.
Supongo que lo lógico es pensar que todos necesitamos una casa y que, en distintos momentos de nuestras vidas y dependiendo de las circunstancias, la buscamos de una u otra manera. Yo necesitaba desligarme de dos problemas que tenía (y aún tengo, claro, porque aún queda la maravillosa y nada estresante mudanza) y que se resumían en vecinos y casa vieja. En realidad son dos conceptos muy ligados puesto que todas las reparaciones que necesita tu casa de 30 años tienen que pasar por la fantástica y reconfortante asamblea vecinal, de decisiones siempre cabales y beneficiosas.
Vamos, que necesitaba volver a tener la impresión de que mi casa no era una celda más en la colmena sino algo más individual y, gracias a muchos esfuerzos, al final hemos conseguido algo que se le acerca bastante. Bueno, en realidad ya no tendré que aguantar comunidades ni reparaciones provocadas por el paso de los años, que era lo que me agobiaba, pero aún tendré una pared apoyada sobre la de otra persona ajena; eso sí, maravillas de la construcción moderna del aislante y de los dobles muros, sólo apoyada y no compartida.
En realidad iba hablar de cosas mucho más alejadas de la practicidad, pero creo que lo haré mañana... Ahora al menos ya sabéis donde estoy: entre bancos, escrituras y cajas...