miércoles, 25 de agosto de 2010

25 de agosto

Sólo puedo repetir lo mismo que hace un año, abuelo. Te echo mucho de menos.

http://despiertelalmadormida.blogspot.com/2009/08/mi-abuelo.html

sábado, 21 de agosto de 2010

Sigo en la luz... pero a veces es duro

En ocasiones resulta curioso tener mucho que decir y poca capacidad para hacerlo. Uno se cree que domina el verbo, al menos medianamente, y éste vuelve una y otra vez para recordarle que es mucho más complicado de lo que parece. Vamos a ver si lo conseguimos esta vez.
En la luz no todo a veces es luminoso. Puede haber zonas de claroscuro. Porque la luz también te permite ver lo que antes no habías visto y puede no resultar muy hermoso. Es más, puede que lo que antes creíste terriblemente hermoso se torne en una belleza algo más común. Y, como no, me refiero a las personas. Porque está claro que es lo más importante que tenemos en la vida aunque a muchos se les olvide con demasiada frecuencia.
La cuestión es que desde la templanza y la extraña sensación de felicidad que proporciona la luz, observas los errores desde otra perspectiva. Y puedes ver cómo te rodean relaciones imperfectas que antes pensaste extraordinarias. Puedes incluso detenerte contemplando cómo personas que pensaste que nunca te fallarían y que te antepondrían ante cualquier cosa y casi cualquier persona... se han arrugado a las primeras de cambio. De hecho, seguramente serán personas que tú mismo antepusiste ante cualquier cosa y casi cualquier persona. Pero ellos no son tú.
Generosidad. Es uno de los valores que he encontrado en esta luz. He descubierto que me había apoderado de ella poco a poco y que ya era mía como nunca lo había sido. He conseguido dar desde el amor lo que nunca pensé que podría dar. Y desde la luz puedo ver cómo vence el egoísmo en la mayoría de las personas. No son capaces de sacrificar ni la más mínima trivialidad material por las personas que supuestamente quieren. Hablan de COSAS, ocupaciones, como obstáculos que no les permiten hablar, relacionarse, amar. Incluso te hablan de tu generosidad como el tremendo error que cometes al olvidarte de ti mismo. Siento deciros que os equivocáis. Cuanto más piensa uno en sí mismo, en su propia felicidad, y más feliz consigue ser, más generoso es. Qué pena que seamos tan pocos los que encontramos la luz. Te sientes tan solo que duele. Al menos te tengo a ti, que no es poco.

domingo, 1 de agosto de 2010

Perspectiva

Estoy terminando mis vacaciones. Pues sí, todo lo bueno se acaba, o eso dicen porque yo no lo tengo muy claro... Pero bueno, la cuestión es que estos 22 días hábiles que terminarán el martes han sido muy provechosos para mí. Y de hecho espero que aún lo sean los 2 que quedan. No sólo he descansado muchísimo y he desconectado absolutamente del trabajo (bueno, vale, he estado conectada vía correo electrónico, pero mi mente no estaba allí), sino que he aprendido muchísimo y, como digo yo, aunque puede que un poco tarde, he visto la luz. Incluso he tomado decisiones que nunca pensé que podría asumir.
Y es que a veces hablar con una persona sobre algo que te repiten muchas otras te da la perspectiva que necesitas. Y hoy me la han dado. Es verdad que ya estaba predispuesta, pero así ha sido. Tal vez el cariño del tono, la intención, ... no sé, algo ha habido que me ha sacado de una oscuridad algo extraña que me rondaba desde hacía unos meses.
Quizás me he dado cuenta de que existen más ramas en el árbol. Quizás no todo es como la gente dice. Quizás uno debe valorarse más de lo que piensa. La cuestión es que he entendido que los errores del pasado se repiten cuando tú dejas que sea así. Yo puedo decidir lo que quiero que suceda y cómo quiero que suceda. Puedo establecer cuándo quiero que alguien sea importante en mi vida y cuando no. Puedo incluso conseguir que lo que me diga el resto del mundo no me afecte lo más mínimo. Eso sí, si algo permanecerá siempre estable en mi vida es la importancia que le doy a las personas a las que quiero. Estoy orgullosa de poder decir que hace tiempo que no dejo que nada se interponga ante nadie que me importe. Nada.
Y por eso estoy orgullosa de lo que he conseguido este mes. Además de haber logrado purificarme de alguna actividad ociosa inútil y haber ampliado mi cultura lectora, hoy soy más adulta y menos la niña asustada que se esconde tras la apariencia del monstruo. De hecho hoy me da igual que alguien vea un monstruo cuando me mire porque yo sé quién soy cuando me miro al espejo, qué quiero y cómo lo quiero. Y es posible que existan personas que no lo conseguirán nunca. Ha valido la pena bajar a los abismos...