miércoles, 20 de mayo de 2009

Lo siento

A veces hay estados de ánimo que provocan asociaciones extrañas de pensamientos, de sensaciones. Hoy he ido saltando desde ese sentir especial que me ha tocado vivir, por diferentes sensaciones que me han llevado a querer decir cosas, enviar correos, mensajes, disculpas, que no he dicho ni he hecho. Hoy mis barreras han sido más fuertes y me he fallado a mí misma y a mi singularidad.
Y he llegado hasta aquí, con este enlace a un vídeo que para mí significa muchas cosas. Algún día, a lo mejor mañana, las explicaré. A veces uno necesita llorar, desahogarse, y busca la forma más íntima de hacerlo sin que nadie lo vea. Qué difícil es explicar lo que se siente en cada momento. Por eso me gusta desvariar en este espacio...
Para el que lo reciba, siento mucho ser tan rara, tan exigente, tan complicada, tan necesitada de apoyo, de cariño. Siento mucho pedirlo todo, quererlo todo perfecto dentro de la imperfección, buscar el análisis más profundo, lo que yo haría o daría tenerlo en vosotros... Pero soy así y ni siquiera sé si quiero cambiar. Sería la misma persona si lo hiciera?
La intensidad con la que necesito vivir los sentimientos que me provoca la vida no está acorde la mayoría de veces con lo que recibo. Ésa es mi cruz. No es sólo sensibilidad, es muchas más cosas. Y, francamente, aún no sé si algún día seré capaz de hacerme entender.
Bueno, a lo que iba. Para mí este vídeo significa todo aquello que no ha existido. La pérdida de oportunidades en su expresión más brutal. Todo lo que podría haber sido y no fue. Pero no sólo porque no nos hayan dejado. Por nosotros mismos.


sábado, 16 de mayo de 2009

Oportunidades... ¿perdidas?

Esa típica frase que nos recuerda que uno no es consciente de lo que tiene hasta que lo pierde la tengo muy presente en muchos momentos. Ocurren cosas cada día que me hacen pensar en ella. Qué difícil es tomar consciencia de lo que tenemos en las manos y dejamos escapar un día tras otro. Se presentan oportunidades que nos harían más felices, que nos brindarían momentos plenos para recordar toda nuestra vida. Y para mí esas oportunidades siempre suelen ir ligadas a las personas, sean otros o uno mismo.
Miles de barreras que nos imponemos de forma continua y enfermiza nos impiden disfrutar de lo verdaderamente importante que tiene la vida. Por qué? Yo creo que las razones son muy evidentes. Nos hemos creído que las cosas hay que hacerlas de una manera, el tema de siempre, como hemos aprendido que se deben hacer. O como creemos que es la forma correcta. Pero es evidente que no lo es cuando nos estamos cerrando a infinitas posibilidades de ser felices.
Las cosas son como son porque nosotros queremos que lo sean. Qué es exactamente lo que nos da miedo? Sufrir? Tener una decepción? Por eso dejamos pasar la vida sin sobresaltos? Sin arriesgarse? Acaso es un riesgo romper corazas y barreras? Somos conscientes de lo que nos estamos perdiendo?
Cobardía. En eso supongo que se resume todo. Pero no lo digo con rabia sino con tristeza. Es una pena que no seamos capaces de hacer lo que realmente queremos hacer y sentimos. Descolgar un auricular para hablar con la persona que queremos hablar. Escribir un correo que hace tiempo que queremos escribir. Decirle a alguien algo que nunca nos atrevemos a decir. Ir a un lugar al que siempre hemos querido ir. Ser lo que siempre hemos querido ser. Y no hablo de imposibles, de metas difíciles que no estén a nuestro alcance. Hablo de cosas de la cotidianeidad, que tenemos en nuestra mano, y que se quedan ahí. Sin hacer. Sin disfrutar.
Y pasa el tiempo y te das cuenta de que perdiste esa oportunidad, esa persona, ese momento, porque no fuiste, ni siquiera valiente, simplemente sincero contigo mismo. Y, siento mucho deciros esto, pero hay cosas que no vuelven, sensaciones que vuelan, personas que se escapan, amigos que se pierden. Y todo porque no descolgamos el teléfono, porque no escribimos ese correo, porque no dijimos aquellas palabras, no fuimos a aquel lugar, no intentamos siquiera ser lo que queríamos ser.
Yo intento cada día, aunque sólo sea un poco, decir y hacer lo que siento cuando lo siento. Me suelo encontrar con barreras. Las mías intento destruirlas. Las de los otros no están en mis manos, aunque intente hacer todo lo posible para que no existan. Os animo a que hagáis lo mismo. Te animo a que tú también lo pruebes. Quizás así no pase el tiempo y un día te acuerdes de que por no hacer algo que estaba a tu alcance perdiste lo irrecuperable. Piénsalo.

martes, 12 de mayo de 2009

Insomnio

Llevo ya unos cuantos días que me cuesta la vida dormir. Seguramente desde mi última entrada en este blog. Mi cabeza es como un mejunje infinito de pensamientos y sensaciones que no puedo definir. Desde la ilusión a lo depresivo, pasando por toda la gama de colores. No puedo decir que me encuentre mal pero tampoco que me encuentre bien.
Hoy me han definido unos cuantos compañeros como una persona rara... pero de buen rollo. Es curioso pero es algo que tengo mucho más que asumido. Tiene cosas negativas pero, por encima de todo, positivas. Ser diferente, como me decía una psicóloga, es ser extraordinario, romper los moldes de lo usual y corriente. Creo que alguna vez ya he hablado sobre esto. Mi rareza me hace estar aquí ahora sentada desvariando, que no escribiendo, para intentar descubrir qué es lo que no me deja dormir. Creo que en el fondo lo sé. Así que me voy a dormir...
Buenas noches

viernes, 8 de mayo de 2009

Lecciones

Cuando era pequeña, o incluso no tanto, había algo que siempre hacía encender mi sangre: las injusticias. Cuando vivía algo que consideraba injusto, o simplemente lo vislumbraba, mis nervios se aceleraban y empezaba a buscar la manera de combatir aquel hecho, aquella situación; si era posible, con otra acción, y si no, a través de la palabra.
Hoy me siguen acelerando el pulso las injusticias... pero dura un instante. El tiempo que me doy cuenta de que el mundo no se rige por la justicia. Creer que sí es de necios... o dejémoslo en ilusos. Las cosas no suceden en base a ese criterio, simplemente suceden. La lucha debe darse, evidentemente. Uno debe intentar contibuir a lo que considera justo. Pero aún así sólo puede hacer lo que está en su mano, y eso es muy poco.
Qué nos queda? No lo sé... Asumir que el control no existe, que el mundo es muy injusto en muchas ocasiones y que estamos más solos de lo que pensamos.
Hoy me siento sola. Sé que no es justo pero es lo que siento. Me canso de luchar contra muros y de intentar hacer siempre lo correcto, de esforzarme, de formarme, de ser mejor persona, mejor trabajadora... e incluso de ayudar a los demás... Y yo?
No sé... estoy desvariando... Acabo de decir que hay que luchar y me presento rendida. Pero es que estoy extenuada en todos los sentidos... Ni siquiera sé si sirve para algo que escriba esto.
Ahora lo enviaré, me levantaré de la silla y tendré que seguir con lo que se supone que debo seguir. El problema es que desde pequeñita he creído que la vida era algo más... Y a lo mejor resulta que no lo es. Hay alguien ahí? Hoy necesitaría que me levantases... Pero sólo responde el eco en mi cabeza...